MATEO 26:63-68
63 Mas Jesús callaba. Entonces
el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si
eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.
64 Jesús le dijo: Tú lo has
dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la
diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
65 Entonces el sumo sacerdote
rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de
testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.
66 ¿Qué os parece? Y
respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!
67 Entonces le escupieron en
el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban,
68 diciendo: Profetízanos,
Cristo, quién es el que te golpeó.
1) NO LE CREYERON PORQUE TENIAN SU CORAZÓN ENDURECIDO POR EL PECADO
ISAIAS 46:12-13
12 Oídme, duros de corazón,
que estáis lejos de la justicia:
13 Haré que se acerque mi
justicia; no se alejará, y mi salvación no se detendrá. Y pondré salvación en
Sion, y mi gloria en Israel.
2) NO LE CREYERON PORQUE ESTABAN ENVANECIDOS POR EL CONOCIMIENTO HUMANO
1 CORINTIOS 8:1 En cuanto a lo sacrificado a los ídolos,
sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor
edifica.
(ENVANECIDO ES PERSONA
ENCUMBRADA, ENDIOSADA, ENORGULLECIDA
3) NO LE CREYERON POR QUE SU CORAZÓN ESTABA LLENO DE RELIGIOSIDAD MATEO
7:5-7
5 Le preguntaron, pues, los
fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la
tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?
6 Respondiendo él, les dijo:
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo
de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí.
7 Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
4) PARA TI JESUS ES REY PORQUE TU LO CREES O PORQUE TE LO HAN CONTADO
JUAN 18: 33-35
33 Entonces Pilato volvió a
entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los
judíos?
34 Jesús le respondió: ¿Dices
tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
35 Pilato le respondió: ¿Soy
yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí.
¿Qué has hecho?
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